DEFENDEMOS LA CORTE
CONSTITUCIONAL. APUNTANDO A UNA CONSTITUYENTE
Sin la Corte Constitucional afrocolombianos, indígenas, víctimas
del conflicto, desplazados, mujeres, adultos mayores, NNA, lgtbi entre otros
grupos sociales seguirían en la más honda invisibilizacion y desconocimiento de
sus derechos fundamentales.
La jurisprudencia del
alto tribunal constitucional en materia de derechos humanos y fundamentales ha
marcado un hito en la historia del país en los últimos 24 años convirtiéndose
en una de las instituciones que ha cumplido la filosofía del constituyente del
91. Por eso a los amantes del derecho constitucional, la ciencia política y defensores de los DDHH,
nos duele profundamente los hechos suscitados en los últimos días que afectan
la imagen de nuestra querida Corte Constitucional.
Aquí es donde recobra importancia la inteligencia para
separar la forma del fondo, la situación del Magistrado Pretelt o la de
cualquier otro integrante de la Corte debe resolverse en las instancias
respectivas ( Comisión de Acusaciones o la Fiscalía de acuerdo a la competencia
), este hecho no puede dar pie a generalizar la idea de que estamos en una
crisis y por ello debe eliminarse la Corte Constitucional y volver al esquema
de la Constitución de 1886 que es lo que pretenden las fuerzas jurídicas y políticas
nostálgicas de la carta nuñesista. Por decoro el señor Pretelt debe retirarse y
dejar que las investigaciones arrojen la verdad que el país reclama, por
supuesto que en derecho se presume su inocencia hasta que las pruebas y la eventual condena
demuestren lo contrario, pero ello no es un muñequeo para atornillarse al
puesto.
Las instituciones no delinquen ni cometen irregularidades,
son los servidores públicos los que violan la Constitución y la Ley con conductas
deleznables, Si algún magistrado cometió irregularidades que asuma su
responsabilidad y de haber lugar a ello reciba una condena ejemplar. Qué
tiempos aquellos en que a la Corte arribaban juristas de la talla de Carlos
Gaviria Díaz, Vladimiro Naranjo ( QEPD ), Eduardo Cifuentes, Fabio Morón Díaz (
QEPD ), Jaime Córdoba Triviño, Humberto Sierra Porto, Eduardo Montealegre, José
Gregorio Hernández, Gerardo Monroy Cabra, Jaime Araujo Rentería, Manuel José
Cepeda entre otros, que a través de memorables
Sentencias inspiraban la investigación y
el análisis jurisprudencial, uno como estudioso del derecho buscaba
afanosamente las revistas jurídicas o bibliotecas para ampliar su conocimiento
con las decisiones de estos maestros.
Hábilmente los que
pretenden regresar al viejo Estado de Derecho, insinúan y cabalgan sobre la situación
suscitada con Pretelt para aupar la eliminación de la Corte Constitucional o
convertir la Acción de Tutela en un
saludo a la bandera con la finalidad de desmontar automáticamente la filosofía del
Estado Social de Derecho definido en el artículo 1º de la Carta Magna. Claro
que necesitamos unos una amplia reforma constitucional, pero el Congreso actual-salvo
dignísimas excepciones- no tiene la autoridad moral ni la legitimidad para
acometer cambios reales al régimen político así que dejar eso en sus manos es
un salto al vacío, se requiere una Asamblea Constituyente que de vida a nuevas
instituciones, amplié el espectro de derechos fundamentales y devuelva a la ciudadanía
derechos estrangulados por los contra reformistas que gobernaron del 98 al 2010.
La Corte
Constitucional como institución es un activo invaluable para la sociedad colombiana, un
acierto del constituyente del 91 y la garantía la aplicación del enfoque diferencial en las políticas
estatales. Que sería de materias como la Consulta Previa en vigencia de la Constitución
de 1886 o de la extinta Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de
la época, los grupos sociales han tenido en la Corte Constitucional una aliada
en la defensa de los DDHH y fundamentales.
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