sábado, 21 de marzo de 2015

DEFENDEMOS LA CORTE CONSTITUCIONAL. APUNTANDO A UNA CONSTITUYENTE

Sin la Corte Constitucional afrocolombianos, indígenas, víctimas del conflicto, desplazados, mujeres, adultos mayores, NNA, lgtbi entre otros grupos sociales seguirían en la más honda invisibilizacion y desconocimiento de sus derechos fundamentales.

 La jurisprudencia del alto tribunal constitucional en materia de derechos humanos y fundamentales ha marcado un hito en la historia del país en los últimos 24 años convirtiéndose en una de las instituciones que ha cumplido la filosofía del constituyente del 91. Por eso a los amantes del derecho constitucional,  la ciencia política y defensores de los DDHH, nos duele profundamente los hechos suscitados en los últimos días que afectan la imagen de nuestra querida Corte Constitucional.

Aquí es donde recobra importancia la inteligencia para separar la forma del fondo, la situación del Magistrado Pretelt o la de cualquier otro integrante de la Corte debe resolverse en las instancias respectivas ( Comisión de Acusaciones o la Fiscalía de acuerdo a la competencia ), este hecho no puede dar pie a generalizar la idea de que estamos en una crisis y por ello debe eliminarse la Corte Constitucional y volver al esquema de la Constitución de 1886 que es lo que pretenden las fuerzas jurídicas y políticas nostálgicas de la carta nuñesista. Por decoro el señor Pretelt debe retirarse y dejar que las investigaciones arrojen la verdad que el país reclama, por supuesto que en derecho se presume su inocencia  hasta que las pruebas y la eventual condena demuestren lo contrario, pero ello no es un muñequeo para atornillarse al puesto.

Las instituciones no delinquen ni cometen irregularidades, son los servidores públicos los que violan la Constitución y la Ley con conductas deleznables, Si  algún magistrado  cometió irregularidades que asuma su responsabilidad y de haber lugar a ello reciba una condena ejemplar. Qué tiempos aquellos en que a la Corte arribaban juristas de la talla de Carlos Gaviria Díaz, Vladimiro Naranjo ( QEPD ), Eduardo Cifuentes, Fabio Morón Díaz ( QEPD ), Jaime Córdoba Triviño, Humberto Sierra Porto, Eduardo Montealegre, José Gregorio Hernández, Gerardo Monroy Cabra, Jaime Araujo Rentería, Manuel José Cepeda entre otros,  que a través de memorables Sentencias  inspiraban la investigación y el análisis jurisprudencial, uno como estudioso del derecho buscaba afanosamente las revistas jurídicas o bibliotecas para ampliar su conocimiento con las decisiones de estos maestros.

 Hábilmente los que pretenden regresar al viejo Estado de Derecho, insinúan y cabalgan sobre la situación suscitada con Pretelt para aupar la eliminación de la Corte Constitucional o convertir  la Acción de Tutela en un saludo a la bandera con la finalidad de desmontar automáticamente la filosofía del Estado Social de Derecho definido en el artículo 1º de la Carta Magna. Claro que necesitamos unos una amplia reforma constitucional, pero el Congreso actual-salvo dignísimas excepciones- no tiene la autoridad moral ni la legitimidad para acometer cambios reales al régimen político así que dejar eso en sus manos es un salto al vacío, se requiere una Asamblea Constituyente que de vida a nuevas instituciones, amplié el espectro de derechos fundamentales y devuelva a la ciudadanía derechos estrangulados por los contra reformistas que gobernaron  del 98 al 2010.

 La Corte Constitucional como institución es un activo  invaluable para la sociedad colombiana, un acierto del constituyente del 91 y la garantía  la aplicación del enfoque diferencial en las políticas estatales. Que sería de materias como la Consulta Previa en vigencia de la Constitución de 1886 o de la extinta Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de la época, los grupos sociales han tenido en la Corte Constitucional una aliada en la defensa de los DDHH y fundamentales.